jueves, 2 de febrero de 2012

 TRANCO I


Tengo la sensualidad a flor de piel -considero que es un regalo de la naturaleza- y, por tanto, mis obras también lo son. Unas más que otras, claro, las formas que nacen de mí rezuman sensualidad.


TRENC / óleo sobre tela / 116x73 / 1994 / adquirido
Un día se me ocurrió camuflar en un cuadro atributos de ambos sexos de manera que sólo las captara el subconsciente, y me puse a ello. Tras muchos bocetos llegué a una conclusión y la pinté. Una vez terminado el cuadro pensé que había fracasado porque las formas me parecían demasiado evidentes, así que empecé a mostrarlo. Mi sorpresa crecía a cada nueva persona a la que hacía la misma pregunta:
- ¿Qué ves?
- Una tela atada a una estaca que se rompe.
- ¿Y qué más?, en la tela, ¿qué ves?
- Pliegues.
- Pues en esa tela hay, y todo de buen tamaño, dos senos, un sexo femenino y un pene con sus testículos introduciéndose en otro sexo femenino.
Y todos ponían cara de pasmo. Después de mucho mirar, la mayoría descubre los senos. Y de las docenas de personas a quienes he planteado la cuestión, puedo contar con una mano las que han visto todo lo que hay, y me sobran dedos. Pero, curiosamente, el cuadro ha sido uno de los que más ha gustado de toda mi obra, lo que demuestra el poder del subconsciente.


PIEDRAS TIERNAS / óleo sobre tela / 100x100 / 2006 / adquirido
En este cuadro he pintado dos senos, un sexo femenino, otro masculino completo y una lengua. La piedra negra no es nada, pero la necesitaba por composición de masas y equilibrio de color.




ESCORZO FEMENINO / óleo, carbón y grafito sobre papel pegado en tela / 146x116 / 2006 / adquirido
Aquí, evidentemente, no hay nada que explicar.




EL VIEJO OLIVO HA MUERTO / óleo sobre tela / 97x130 / 2001 / adquirido
Ni aquí tampoco. Este paisaje sólo es eso: un paisaje. Muy sensual, eso sí.




METAMORFOSIS / óleo sobre tela / 65x92 / 2001 / adquirido
Y en este cuadro, masas amorfas devienen en unas deliciosas nalgas femeninas.



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