martes, 1 de mayo de 2012

TRANCO XIX


En el Tranco XVII decía: 
"Tras leer lo que acabo de escribir, pienso en el mucho tiempo que hace que no pinto un olivo. Voy a ponerme a ello porque ahora mismo tengo una enorme curiosidad por saber cómo será. Y si al final "es", lo veremos aquí."

Ya he pintado el olivo, ya sé cómo es.

Deseé de nuevo recrearme en su tronco torturado, como en GUERREROS ANCESTRALES (Tranco III), tronco orgánico de recovecos, venas, cicatrices; tronco poderoso, vencedor del tiempo. He querido pintar ese olivo al que un día escribí:
"Como el olivo viejo
me quiero,
que anclado al tiempo
vive,
inmune al viento
adverso".  
Pero al mismo tiempo necesitaba que esa columna tallada por siglos de soles y lluvias, heladas y sequías, deviniera en una copa fresca, diáfana; una copa que ignorara el tortuoso tronco que la engendra, estallando pletórica en el aire fresco de una mañana. 

Y este ha sido el resultado.      


OLIVO / óleo y carbón sobre tabla / 152'5x117 / 2012 /propiedad


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