sábado, 12 de enero de 2013


 TRANCO XXVI

GALERÍA




Este año he vuelto a realizar el cartel de Alcalá de Henares. El tema vuelve a ser Cervantes (por cierto, aún no he logrado averiguar cómo, si él se firmaba Cerbantes -con "b"-, ha pasado a ser Cervantes -con "v"-. En su firma se diferencia claramente la "b" del nombre de la "v" de su apellido). 
El Ayuntamiento quiere potenciar el hecho de que D. Miguel de Cervantes Saavedra nació en esa ciudad.

Se me ocurrió dibujar un retrato puesto que son muy escasos los que existen de él. De hecho, entre óleos y grabados no creo que conozcamos más de tres o cuatro, con la divertida originalidad de algunos se parecen poco entre sí y otros nada. 
En vista de ello, busqué un texto autobiográfico en el que se describe a sí mismo -y que luego he incluido en el cartel- y con él he creado un Cervantes en la intimidad de su gabinete, escribiendo.
Al principio pensé, y así inicié el primer boceto, vestirlo con la característica gorguera con la que aparece en su retrato más conocido y con las puñetas con que adornaban sus muñecas. Pero entonces me di cuenta de que con semejante indumentaria era imposible escribir: esas prendas se las ponían para lucir en determinadas ocasiones -para ir a palacio, para posar ante un pintor...-, no para estar por casa; máxime si tenemos en cuenta que la gorguera llevaba un entramado de alambre para darle esa curiosa forma. Así que le quité los mundanos ornamentos y lo dejé a cuerpo, en su mesa de trabajo, enfrascado en su escrito.
Cuando lo hice dejó de ser Cervantes, el que conocemos, quiero decir. Y estuve dudando entre plasmar la imagen que se reconocería inmediatamente, aunque fuera una escena absurda, o ser fiel a la realidad del escritor en su día a día. Porque de lo que estaba seguro era de que iba a retratarlo escribiendo. Y opté por dibujarlo  tal cual debió de suceder en su vida cuotidiana.
Así mismo, era necesario que su semblante reflejara la edad que debió de tener cuando escrib el texto autobiográfico: bastantes más años que con los que aparece en el conocido retrato.
Las dificultades no terminaban aquí, ya que si escribía debía hacerlo con la letra que usaba él, no con la que usamos nosotros. Así es como en el dibujo aparece el texto en letra bastarda, un tipo de letra muy usado en Castilla a mediados del XVI y con el que, probablemente, Cervantes escribió sus obras.

Y he aquí que mediado el trabajo ocurrió algo totalmente inesperado.
Mi amigo Pepe Quijada, anticuario de libros y editor de los carteles, me llamó desde su tienda para decirme que le apetecía ver lo que estaba dibujando. Como es un absoluto negado para todo lo concerniente a ordenadores, me dijo que se lo enviara a su casa para que su hijo menor lo imprimiera y así poder verlo cuando llegase. El muchacho lo imprimió e hizo otra copia para enseñársela a su hermano a quien iba a ver esa misma tarde. No había pasado una hora desde que le envié el dibujo, cuando sonó el teléfono:

- Augusto, me ha llamado Boris para decirme que si no te has enterado de que Cervantes era el Manco de Lepanto.  
Solté un taco; lo había olvidado por completo y en la ilustración aparecía él escribiendo con su diestra, mientras que la siniestra la apoyaba sobre el papel. Pero contraataqué rápidamente:
- Un momento, un momento... le llamaban el manco de Lepanto pero de manco no tenía nada. En la batalla recibió dos arcabuzazos, uno en el pecho y otro en la mano que se la dejó inútil, pero se la dejó, ¿entiendes? No podría usarla pero seguro que la apoyaba en  el papel en el que escribía. 
Y con su vozarrón trabuqueño y su retranca:
- Pues nada, le pones las dos manos y a pie de cartel explicas todo eso para que el personal se vaya enterando, ¡no te joroba! (no dijo joroba).
- ¡¿Y con qué aguanta el papel si le quito la mano, con chinchetas?!

Pero el caso es que tenía razón: si lo dibujaba con ambas manos me hubieran caído palos de todas partes. Así que la palmatoria que descansaba sobre la mesa, la hice más corta y la apoyé sobre dos libros que a su vez hacen de pisapapeles. Pero que conste que no lo hacía así, seguro que no.



Este es el texto que escribió 


  

Y este, el cartel







Algunos detalles









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