sábado, 15 de junio de 2013

TRANCO XXVIII


GALERÍA



He cambiado mi forma de expresión pictórica, lo que supone mucho más que cambiar de estilo. Algo, esto último, que hago con una cierta frecuencia producto de una mente de difícil acomodo.
Lo estaba necesitando desde hace tiempo, prácticamente desde mi última exposición. Ya hacía mucho que me rondaban por la cabeza unas masas amorfas de colores vivos que se fundían unos en otros o contrastaban violentamente entre sí. Y no sabía qué hacer con eso. Pasaban por mi imaginación fugazmente de tanto en tanto al principio, y con mayor frecuencia cada vez. Ha sido un proceso largo.

Por otra parte, sentía cada vez más la necesidad de pintar el hálito social en el que estamos inmersos. Necesitaba que mi pintura reflejara la desazón, la rabia, la impotencia, la frustración a las que nos han llevado quienes nos gobiernan mediante las urnas y quienes lo hacen sin necesidad de ellas.

Y en un momento dado las masas de color y la urgencia de pintar esos sentimientos se cruzaron y tomaron forma. Fue de golpe, como si de dos semicírculos se tratara, que tras una larga travesía, cada uno por su lado, hubiesen llegado al mismo punto y se complementaran en una circunferencia.

Las obras tienen dos denominadores comunes: uno es un fondo rojo sobre negro, y el otro una masa verdeazulada, de líneas rectas, con la que represento el entorno. De esa masa emerge una cabeza, una mano..., o sea, el motivo principal del cuadro.

Estos son los tres primeros óleos. Mi deseo es mostrar este trabajo en una exposición en la que aporte mi visión del momento que nos toca vivir.
Lo que no sé todavía es a dónde me llevará el camino que acabo de emprender ni cuál será su duración.






GEMIDO / óleo sobre lienzo / 130x97 / 2013





CLAMOR / óleo sobre lienzo / 97x130 / 2013






VACÍO / óleo sobre lienzo / 97x130 / 2013




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