jueves, 2 de febrero de 2012

 TRANCO II




 Y hablando de la diversidad de mi obra, he aquí un cuadro que no entiendo.


HE PINTADO UN OLIVO PARA MI VACA / óleo sobre tela / 100x150 / 2007 / adquirido

La cosa fue así:
Vi un olivo descompuesto en colores, pero no sabía cómo. Empecé a pintar con pinceladas sueltas y no era así; entonces las estructuré con límites definidos. Inicié el cuadro por el centro del tronco y sobre la tela blanca, sin fondos porque no sabía cómo tenían que ser. A medida que avanzaba, más me sorprendía lo que estaba pintando. Empecé a combinar colores incombinables (rosa con amarillo, violeta con verde ....) y para mi asombro, en este cuadro funcionaba. Hasta que llegó el momento de pintar el fondo del olivo. Me dí cuenta de que tenía que ser azul -lo que me extrañó porque el azul lo uso muy poco- así que empecé con un añil que junto al verdoso son los dos únicos azules que me gustan. Un desastre. "No puede ser azul cielo", me dije alarmado; pero lo era. Y cuando le tocó el turno al otro fondo, que vi que tenía que ser verde, pinté un verde oliva -uno de mis colores preferidos- . Fatal. "¿Verde hierba? Ya me parece demasiado", me dije. Y sí, era ese verde. Durante todo el proceso no entendía lo que estaba pintando y cuando supe que estaba terminado, miré el cuadro con incredulidad: nunca antes había pintado nada semejante y no entendía nada.
Lo colgué en una individual y en la inauguración obtuvo críticas feroces del estilo de: "¿Pero cómo es posible que hayas pintado esto? A lo que yo respondía que salió así y que aunque ni yo entendía el cuadro, era bueno. Hasta que una persona me dijo: "¿Sabe?, cuando he visto ese lienzo destancando de todos los demás, me ha parecido horrible. Pero ahora, cuanto más lo miro más me atrae. No sé qué tiene". "Yo tampoco -le respondí- pero me pasa lo mismo".  


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